miércoles, abril 26, 2006

Y Finalmente... la seguridad


Ahora hay inseguridad. No me manejo por algún tipo de estadística o estudio, no, reconozco mi total falta de profesionalidad. Es la combinación de crimen, anomia y falta de perspectivas cotidiana que me hacen pensar esto. El movimiento Blumberg fue una reacción de derecha y de clase con el objetivo (ampliamente logrado) de probar y reforzar sus canales de demanda vis-a-vis del Estado. Pero es ahora cuando la violencia desciende a las calles de manera más imprevisible y grave que antes, cuando era la excusa de la derecha para endurecer las penas y darse un proyecto político.
En mi opinión esta agudización de los fenómenos criminales acompañados por la desorientación de las políticas de seguridad tienen dos causas verosímiles. La primera, una reacción desesperada de las fuerzas policiales y parapoliciales de derecha para defender sus cotos de caza y su impunidad que el gobierno amenaza con políticas pro- juzgamiento de militares genocidas y con purgas serias en la policía. El otro aspecto es el resultado de la pobreza mantenida en el tiempo y sin perspectiva de mejora para un gran porcentaje de la población. De los que son pobres o indigentes, dentro de los que no tienen trabajo en blanco o trabajo alguno, en especial los jóvenes adultos. Si además son segregados cotidianamente y viven en ghettos... La clase marginal está aquí para quedarse. ¿Hasta qué punto puede ésta tener conciencia de sí misma? ¿Solamente si logran volver a la integración, es decir a identificarse con los ideales de la burguesía? ¿Qué otro proyecto es posible para el marginado post-moderno? Ejercito de reserva del empleador, excusa de la derecha para argumentar la sociedad jerárquica. Cuando estos efectos son seguros la organización parece improbable. Cuando la lucha es por el salario de una parte y no por los derechos básicos, la situación parece sin salida.
Durante las movilizaciones del 2002 la tasa de muertes violentas descendió abruptamente. Pero actualmente la esperanza de un cambio lentamente se desintegra. Junto a la reacción derechista resulta en este clima denso de guerra social. Es una época curiosa en que sólo unos pocos están en situación de pensar y de luchar dedicada y eficazmente. ¿Qué harán pues nuestros héroes en este caso? Héroes modestos, cuyos únicos súper-poderes son tener algo de tiempo y de claridad.