miércoles, diciembre 28, 2005

La burguesía como: "El Pueblo".


Proposición que era propia del liberalismo de los siglos XVIII y aún XIX, resulta significativo que aún funcione en nuestros días en el lejano páramo del tercer mundo.
Aparentemente asistimos a una solidificación de un neo-estatismo pero muy débilmente proteccionista, por lo que se puede temer que sea sólo temporal. Al regreso del péndulo los lobbys externos encontraran unas economías mejor regimentadas, en particular por el control fiscal y más posibilidades de expoliar. En algún momento la burbuja que crea Kirchner como la creó en su momento Menem-Cavallo deberá negociar con alguien para superar una crisis y lógicamente no será “el pueblo” el interlocutor que elija éste Estado, que se solidifica en un aparato burocrático y simbólico lamentablemente muy eficaz. No; negociarán con los intereses de corporaciones externas o semi-externas como lo serían empresas de Brasil o Venezuela. En definitiva y por enésima vez, reformulaciones de la burguesía para que nada cambie. Mantener la pobreza en los paupérrimos niveles actuales. Mantener a las masas cooptadas detrás de dádivas, para controlarlas y que no se organicen autónomamente.

El proyecto dirigido desde el estado pretende crear y recrear a la burguesía nacional.

Dinámica socio-económica determinada por las tenciones de los lobbys, por supuesto. Lo propio de la sociedad capitalista, de la "libre" competencia.

Un reducido sector local-nacional enfrenta a las privatizadas y los acreedores externos (privados) por la obtención de los favores del Estado. Sector dinámico en las actuales condiciones de record de beneficios para las exportaciones primarias.

Para prolongar éste esquema se lleva adelante una sutil transmisión de la deuda a la manera de Cavallo, pero es el peso fiscal el que mantiene el equilibrio macro y el dólar, en lugar del endeudamiento externo.

No conforme con ésto, el gobierno se desprende de casi 10 mil millones supuestamente para ganar margen de maniobra frente al FMI. Esto no se sostiene, siendo que el FMI no mantenía relaciones condicionantes con Argentina desde su ruptura de hecho en el 2001. Por otra parte la deuda sigue siendo inmensa, la perspectiva de terminar de pagarla todavía está a años luz en éstas condiciones.

Las burguesías locales sudamericanas se defienden de sus competidores externos usando el escudo diplomático y político de los proyectos que le ofrecen neo-estados o estados "revisionistas" sudamericanos (Chavez, Lula, Kirchner y ahora Morales). En ésta competencia hay sólo dos tipos de interlocutores, ambos representantes del empresariado, de un lado y otro. Una mayoría de la población espera que si uno de los sectores logra un avance eso "derrame" beneficios sobre ellos basados en la vieja ideología que a cada vez demuestra su falsedad: la solidaridad entre todos los sectores considerados miembros de una misma nacionalidad.

Argumento pueril si los hay, contradicho hasta el hartazgo por hechos de la realidad pero que curiosamente, cantidades de políticos e intelectuales endosan hoy en día. Para aquellos (pocos sin duda) que lo hacen justificados por buenas intenciones, sólo hace falta tomar nota de que en sus conciencias el "sálvese quien pueda", la resignación y el derrotismo están todavía a la orden del día.

jueves, diciembre 08, 2005

Cuando no pasa nada (pasa todo)


Esos momentos en que el escenario político no manifiesta nada notable. Todos los hechos-noticia reproducidos por los medios son extremadamente melodramáticos pero inconducentes. Por medio de esta política espectáculo claro, el gobierno de Kirchner retiene aún cierta iniciativa simbólica. Sin embargo, en materia de medidas hacen la plancha. Los movimientos sociales tampoco aparecen de forma impactante hace varias semanas. Pienso que están soportando una gran tensión y reflexionando profundamente en el próximo paso. Los sucesos de Haedo y Mar del Plata, las marchas fallidas a Plaza de Mayo contra Bush, no son ajenas a este ensimismamiento. El conflicto subterráneamente está planteado pero por distintas razones no se desencadena aún.
Los partidos tradicionales de izquierda son predecibles: en general esperan a las vísperas de navidad (estos mismos días) para montar su propaganda. Esta vez puede ser sencillo convocar a la movilización, por eso mismo podemos esperar de ellos algo más de política moderada, socialdemócrata.
La solidaridad, mal entendida como dádivas y clientelismo también salen al ruedo para -calmar- la irritación.
"La gente" (en el peor sentido de la palabra) quiere tener las fiestas en paz y reparten sonrisas contemporizadoras a diestra y siniestras y unos pocos pesos, como rogando que los dejen
disimular el malestar que sufre el resto del país.
tic-tac tic-tac tic-tac...
Cuestión de tiempo. Nada definitivo. Esperemos aprender algo valioso.